Sarcasmo, que falta hace

Las oscuras golondrinas me dicen que llega la primavera. Y con ella las elecciones de Mayo, que bienaventuradas sean, por que sin ellas no habría calles nuevas. El caso es que, por no perder la costumbre, toca hablar de política y políticos, si ha estos que pululan los despachos se les puede llamar políticos, y lo que hacen entre sus paredes política, claro está. La nueva buena nos ha traído una alcaldesa despechada, con sentencia exculpatoria para sus demonios, que no son pocos.  Pobrecilla la ella, que junto a Carmen Pereira, subdelegada del gobierno, no tendrán otra que consolarse la derrota, pues no es delito la pataleta, aunque más quisieran. Y espero que ya que  se consuelen no lo hagan con muchos arrumacos, no vaya a ser que  además de totalitarias se nos vuelven totalitarias al cuadrado. Ya se sabe, dos que duermen en el mismo colchón… Pero pa mí que no es el caso, pues tanta mala ostia debe ser causa de falta, y no de exceso. “Haz el amor, y no la guerra”, tendría que aconsejarlas. Pero va a ser que no, que bien saben los guerreros que al enemigo ni agua.

Yo, sin embargo, me alegro tanto de sus derrotas que chillo de gusto. No nos engañemos, Mercedes Molina me cae mal, con motivos sobrados, como no cabía esperar.  ¡Y no se escandalicen! Yo tampoco le caigo bien a ella. Aunque, claro está, ¿a ella quién le cae bien? Somos guarros, somos insolidarios, torpes, mentirosos y malajes. Que no lo digo yo, si no nuestra alcaldesa, que carga y carga, como elefante en cacharrerría, exculpando su profunda inutilidad con insultos a mentes ajenas. La buena nueva electoral nos traerá más regalos, estoy seguro. Bien sería para todos que la depuradora filtrara aguas tan hediondas y estancadas, por que entre tantas sospechas de falsedades documentales, prevaricación, secretos desvelados y otras fechorías varias, la piscina huele peor que la fosa séptica del corral.

Bienaventuradas las elecciones, si señor. Y oigan los de la oposición, que detrás vendrán, y Montijo está pa reventar. A ver a quién le va a salpicar.