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MONTIJO Y MÁS

Los cinco estadios

Los cinco estadios

Cuando una persona recibe la devastadora noticia de que padece una enfermedad mortal incurable, sufre un doloroso proceso de adaptación mental definido en cinco estadios: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. El enfermo se niega a creerse que su vida está terminando. Cuando se da cuenta de la cruda realidad, explota en un mar de ira. Más tarde trata de negociar con el destino, hasta que la depresión se apodera de él. Solo al final acepta la muerte con resignación, y vuelve a disfrutar de la poca vida que le queda.

Me he dado cuenta, y después de asistir a la última sesión plenaria de nuestro pueblo, que escuchar a la alcaldesa Mercedes Molina tiene el mismo efecto sobre el sistema nervioso central de los humanos: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

En un par de largas horas la alcaldesa nos deleitó con soeces maneras impropias de un profesional de la política; totalitarismo soterrado, ausencia del más mínimo respeto al contribuyente, burla constante del sistema de derecho, demagogia barata… Supongo que a nadie le sorprende lo que digo, y por eso mismo voy a seguir. La señora pareció muy molesta al recordarle la oposición de IU aquellos maravillosos años en la diputación, donde tuvo que ser cesada de su puesto por aplicación partidista y gregaria de las funciones que debía desempeñar con supuesta objetividad. No le gusta que le recuerden el pasado. Y no me extraña. Yo también me avergonzaría en su lugar.

Al mismo tiempo esquivó las peticiones del señor Molano con tácticas de barban-barriobajera, colocando en el plano personal los justificados ataques políticos de la oposición. 

Qué decir de la actitud de dos de los concejales afines al PSOE _señor Lavadiño y señora Mariana_ que hicieron mofa de la solicitud de dimisión contra la alcaldesa y la subdelegada del gobierno. En un ambiente de despropósito, mientras IU leía su argumentación, basada en las impropias acusaciones del gobierno regional y local hacia algunas de las personas que se manifestaron en las puertas del ayuntamiento tras ser desalojados de un pleno, los dos concejales se burlaban con risas y muecas de tan serio asunto, dejando muy claro que poco tienen que hacer por este pueblo, más que servirnos de monigotes de feria. Supongo que ambos sabrán, señor Lavadiño y señora Mariana, que a los imputados ninguna gracia les hacia el asunto, como tampoco a muchos ciudadanos, que también se manifestaron aquel día de forma espontánea, y como consecuencia de las maneras dictatoriales de nuestra alcaldesa. Si quieren reír, señores concejales, si quieren cantar y jugar, quédense en el bar, que allí no desentonaran nada de nada. Pero, coño, en un pleno se notan mucho las payasadas.

En fin, la alcaldesa, al finalizar el último pleno de la legislatura, no obvió señalar su orgullo al haber conseguido un primer gobierno de 11 concejales, jamás visto en Montijo. Pero se le olvidó decir que tras 4 años de gestión, también sufrió el mayor declive del que un partido ha sido objeto en la historia de nuestra democracia local, consiguiendo tan solo 6 concejales de esos míticos 11. Pero ya que estamos, me permitiré decirle también, señora Mercedes Molina, que la primera vez que ganó las elecciones, nadie la conocía, que hasta “yo” la voté, señora mía, y que puede que la razón de su arrolladora victoria solo se sustentara en el engaño manifiesto del programa electoral. No olvide, Molina, que ha día de hoy usted se encuentra en mayoría simple, o sea, y para los más profanos, sumando el resto de votos, usted pierde. Hay más gente en contra de su gestión que a favor, solo que en distintos partidos. Se lo recuerdo por si había olvidado tan básico principio democrático.

Pero eso importa poco. Usted se va. Lo hace por voluntad propia, como nos dejó claro, y lo hace con un “hasta nunca”, que muestra con bastarda evidencia la mayor ingratitud que un político puede demostrar a los contribuyentes, que generosamente le han pagado el mejor sueldo que usted jamás hubiera soñado.

Sí, señora Molina. Hasta nunca. Eso espero, pues ya estoy en la fase de aceptación y solo me queda verla partir.

 

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